Saturday, July 28, 2012

Hermés, Loewe, el lujo y la artesanía


Hace algunos meses participé en Madrid en la presentación de las nuevas colecciones de Hermés. Decorado íntegramente en papel, en el showroom se exponía su más clásico producto, el carré de Hermés, suspendido de una bandada de grullas que revoloteaban y huían por los ventanales de un antiguo palacio francés. Durante la exposición, seguimos doblando grullas para que los asistentes pudieran ver el doblado y aprender.

Cada vez son más frecuentes en el marketing de moda las conexiones entre el trabajo artesanal y el sector del lujo. No es solamente la calidad de los materiales y exclusividad de los diseños lo que se (a)precia, sino que el trabajo manual –delicado y dedicado, único, escaso, técnicamente especializado e intensivo– se convierte en un valor añadido.

A pesar de ello, no estoy del todo segura que el trabajo artesanal encaje siempre ni tan fácilmente con la filosofía (o las filosofías) del llamado Nuevo Lujo. Porque no es una, sino que son muchas: casi tantas y tan distintas como artesanos y procesos artesanales pueda haber, tal y como se pudo ver en el pasado "II Encuentro de Artesanía y Lujo" organizado en Madrid por Loewe.

A la hora de entender el lujo partimos de conceptos, innovaciones, técnicas y experiencias totalmente distintas según los materiales y el campo aplicado del diseño en que vayas a trabajar. Es como cuando hablas de los problemas actuales de las industrias culturales: no van a ser, ni tienen porque ser los mismos si hablas de cine que si hablas de música, de teatro o de ilustración.

Por ejemplo, no sé si en el Master de diseño en piel de Enrique Loewe se les ocurriría incorporar a su repertorio de recursos y sistemas de montaje los centenarios pliegues de origami japonés que servían para fabricar bolsos, sobres y carteras en una cultura donde en lugar de usar el cuero para estas cosas se utilizaba la seda y el papel. Por lo pronto, significaría eliminar en gran parte o relegar a un segundo plano el cosido de los cueros y requeriría en cambio técnicas de modelado más cercanas a la sombrería.

Tampoco estoy del todo convencida de que el trabajo artesanal encaje siempre ni tan fácilmente con el concepto de reciclaje de lo valioso que destaca Pascale Mussard ("el lujo es un objeto que no se tira, que se puede reparar"), pues hay formas de lujo y artesanía que se basan precisamente en lo contrario: en el dispendio de lo efímero, en el one-time-only, o en el privilegio de lo que ha nacido para perecer y desaparecer. Como dice Juan Pablo Silvestre, "el arte es derroche"... siempre, siempre lo es.

Son solo algunos ejemplos que me vienen a la cabeza a bote pronto. El campo, como digo, es extenso y establecer con precisión los ejes comunes del verdadero proceso de integración, innovación y dinamización del diseño de objetos de lujo a partir de los procesos artesanales parece un esfuerzo complejo de necesaria comparación, hibridación y cruce entre técnicas y materiales, artes, recursos y artesanías totalmente plurales. Posiblemente estemos pensando en un mecanismo tan improbable, orgánico, aleatorio y difuso como la propia multiplicación o repetición de la vida. Un proceso dependiente de los encuentros afortunados o fortuitos entre mentes pensantes y creadores que inicialmente estaban buscando cosas sin conexión alguna.

Por eso nos buscamos los artesanos los unos a los otros. Y nos escuchamos cada uno desde su personal aventura. Somos una comunidad de interés y ética, aunque los procesos, los materiales y los resultados muchas veces sean totalmente distintos.


No comments: