Friday, October 28, 2011

KICHU



Nos separan las estaciones


A veces no era posible instalar una cortina de bambú. Nos faltaban los postes de madera, los tejados que nos cubrieran, la altura suficiente respecto al jardín. Entonces, nos sentábamos entre las plantas y nada más el cielo y los árboles nos servían de techo: instalábamos nuestros kichu.

Las habitaciones que separan a los amantes se construyen igual en la ciudad que en el campo, en un palacio que en un bosque, en el interior que en el exterior. Podía seguir oyendo tu voz y adivinar tu rostro a través de las sedas grabadas pero translúcidas: como un tatuaje de luces y colores sobre tu piel, te mantenían para mi envuelto en el encanto del ensueño. A uno y otro lado de las cortinas de seda, podía hasta casi sentir la fuerza del aire que expiras y tu aliento en el aire que ambos compartimos. Mas nos separan las estaciones.

A este lado del kichu, mil flores de verano y primavera; del lado en que tu estás, los pinos y arces otoñales. Intento con mis ojos adornar de flores tu jardín de otoño para que se parezca más a mi jardín de primavera. Solo las sedas permiten el engaño, solo la transparencia luminosa, volátil, ligera y sensible de las sedas que nos separan, colgadas al viento.

1 comment:

Anonymous said...

precioso, sencillamente, precioso