Monday, August 17, 2009

La importancia de inclinarse

En un texto sobre la tradición japonesa del envoltorio, Hideyuki Oka señala

En algún momento la gente empezó a utilizar las cosas con voracidad, sólo para desecharlas después de haber acabado con ellas. A partir de aquí todo vestigio de amor desaparece.

Algunos de los grandes problemas de la actualidad, como la contaminación y la escasez de recursos naturales, no son nada más que el resultado del distanciamiento entre el hombre y las cosas. Los mensajes fragmentados sugeridos por los envoltorios tradicionales me hicieron llegar a tales conclusiones. Pero en tanto que aquéllos no sean más que pequeños e insignificantes objetos, el mensaje que transmiten puede tener un gran significado en el futuro de la humanidad. Entretanto, la historia de los envoltorios tradicionales está llegando a su fin, si es que en realidad no ha terminado ya. Después de todo, la escasez de materias primas naturales, como resultado de la continua destrucción de la naturaleza, así como la decadencia del trabajo manual, la falta de reconocimiento de las cosas hechas con amor y dedicación y el creciente número de personas que ni siquiera intentan comprender tales valores, son los factores que provocarán la extinción, para siempre, de los envoltorios tradicionales.

Por esta razón, confío en que el mayor número de personas pueda llegar a captar el significado de los envoltorios. Mi modesto deseo es que aquéllos que se inclinen con humildad a escuchar solo una vez el mensaje de los envoltorios, y piensen un poco sobre ello, conserven en sus corazones algo de lo que éstos intentan comunicarles.

Hace algunas semanas una mujer se me aproximó con la misma exacta voracidad que describe Oka. Pretendía encargar objetos "baratos" para un regalo de origami. En ella, no otra cosa que un acto impuro.

Todavía me sorprende que con todo lo que enseño y explico en este blog la gente ose acercárseme sin haber entendido cosas básicas. El respeto al trabajo humano y al trabajo manual en particular, el derecho a la no explotación, el respeto a la Naturaleza creadora que nos suministra los materiales con que trabajamos, familias y generaciones enteras de hombres y mujeres esforzándose por transformar el papel, por traérnoslo hoy, aquí, ahora. Desde Japón hasta España, miles de años de vida y de historia. Ningún respeto por ellos, ni por mi, ni por las cosas. La gente duele. La gente que es solo gente, como dice Juan Pablo Silvestre.

Creo que a partir de ahora haré que mis alumnos se inclinen al entrar en el aula.

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