Huyes, como el pulpo que se escurre. Como el agua que resbala entre las rocas cuando el mar se retira. Te preguntas si alguna vez fuiste roca, redonda. Si hubo plenitud o tan solo este deseo de muerte. Otra cosa que esta permanente agonía. Porque ¿de qué otra manera pueden las pescadoras de perlas lanzarse al mar?
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