Mezclarse

Mezclarse en una cultura que no es la propia es el desgarro interior que sufre todo aquel que pretende entender por medio de la razón aquello que sólo ingresa a través de los poros de la piel. Mezclarse en una cultura y perderse con placer en ella, para volver transformados radicalmente a la propia cuando se quiera, es algo que algunos han logrado.
Mezclarse en una cultura y dejar de reconocerse, borrar los contornos de las propias luces y sombras para hundirse en un torbellino de pérdida del sentido, es otra cosa. Morar en el interior de aquello que no somos, es sólo una ilusión que termina por hacernos creer que somos “lo otro”, o que “ellos” son la otredad que nunca quisimos descubrir y que forma parte de una misma ilusión. Una mera “construcción artificial” que no surge “de la experiencia de Oriente. Es la fabulación de las ideas occidentales preexistentes que se exageran y se imponen a Oriente”.

La posición