En todos los sitios late y anima la criatura poética que el autor ha vestido de zapatera con aire de refrán o simple romancillo, y no se extrañe el público si aparece violenta o toma actitudes agrias, porque ella lucha siempre, lucha con la realidad que la cerca y lucha con la fantasía cuando esta se hace realidad visible. (Se oyen voces de la ZAPATERA: "¡Quiero salir! ¡Ya voy!") No tengas tanta impaciencia en salir; no es un traje de larga cola y plumas inverosímiles el que sacas, sino un traje roto, ¿lo oyes? un traje de zapatera....Una suave luz naranja de media tarde invade la escena. Al levantarse el telón, la ZAPATERA viene de la calle toda furiosa y se detiene en la puerta. Viste un traje verde rabioso y lleva el pelo tirante, adornado con dos grandes rosas...
Luis Casablanca ha estrenado de nuevo una exposición de trajes de papel servidos desde la más alta sensibilidad poética. Se trata de una muestra dedicada a las mujeres lorquianas, los personajes del gran poeta granadino. Fue en la ciudad de Cádiz del 8 al 26 de abril en la Sala de Exposiciones de El Pópulo, un espacio pensado para artes singulares; próximamente podrá verse en otros lugares.
Esta muestra de Casabalanca nos invita, nos ayuda a releer los textos del poeta-dramaturgo desde una sensibilidad novedosa. A descubrir lo que ya sabíamos: que están plagados, a través del vestido, de la esencia de lo femenino. Lazos en la cintura, distintos los sábados de los domingos, trajes de pana entallados, anillos de oro en los dedos, corbatas de seda roja, pañuelitos de encaje y enaguas, camisas de cintas celestes, monjas y majas...
Esta muestra de Casabalanca nos invita, nos ayuda a releer los textos del poeta-dramaturgo desde una sensibilidad novedosa. A descubrir lo que ya sabíamos: que están plagados, a través del vestido, de la esencia de lo femenino. Lazos en la cintura, distintos los sábados de los domingos, trajes de pana entallados, anillos de oro en los dedos, corbatas de seda roja, pañuelitos de encaje y enaguas, camisas de cintas celestes, monjas y majas...
¿Quién te compra, Zapatera,
el paño de tus vestidos
y esas chambras de batista
con encaje de bolillos?
el paño de tus vestidos
y esas chambras de batista
con encaje de bolillos?
Como ocurre con el lenguaje de las flores (Doña Rosita), la investigación de Casablanca sugeriría que acaso haya en la obra también un lenguaje secreto del vestuario. Sabemos ya del simbolismo del vestido verde, que canta la canción famosa, que viste ADELA en La Casa de Bernarda Alba, que viste ZAPATERA al principio de su obra. Deseo. Deseo de cuerpos. Deseo de vivir. Mi cuerpo será de quien yo quiera, grita Adela.
Y estos cuerpos de Casablanca serán para quien los quiera. Están llenos de riqueza en las referencias, de una gran expresividad en el contraste, el corte y el montaje. Los vestidos, las mujeres de Lorca están solas, mueren vírgenes o son flores que se marchitan esperando a ser amadas, pero Luis las ha llenado de energía. Una energía que nace de la lucha "entre la fantasía deseada o cumplida, realidad hecha visible, y la realidad que nos cerca" al tratar de hacer nacer a "la criatura poética" de una materia tan compleja como es el papel. Siempre esa tensión entre el ser y el ver más allá, entre el doblegarse a lo que nos condiciona y el querer ser más allá. Luchar contra lo real del papel con la fantasía, y una vez lograda la fantasía, como esa Zapatera prodigiosa, luchar aún contra la fantasía hecha realidad visible y no poder nunca entregarse del todo al sueño, tan pesante es la materialidad del ser de papel incluso cuando los sueños lorquianos se llegan a cumplir. Como Luis los ha cumplido.
Cuando Luis me envió sus primeras fotografías, recordé mi propia relación en la infancia con los figurines del poeta andaluz. La edición de Aguilar (1951) contenía algunas láminas ilustradas, que yo me dedicaba a colorear y completar a mi gusto, pensando que Lorca no dibujaba... tan distinto de una niña. Estos días recuperé el grueso volumen, impreso en un papel finísimo, y aquí mi regalo para Luis. Luis: tu gran acierto esos corsés, el talle, la cintura de avispa, tanto baila la cintura en las coplas, esas puntas de los corsés que son casi como el propio mentón de las caras lorquianas. Y para ti mi dibujo, las láminas pintarrajeadas.
Y estos cuerpos de Casablanca serán para quien los quiera. Están llenos de riqueza en las referencias, de una gran expresividad en el contraste, el corte y el montaje. Los vestidos, las mujeres de Lorca están solas, mueren vírgenes o son flores que se marchitan esperando a ser amadas, pero Luis las ha llenado de energía. Una energía que nace de la lucha "entre la fantasía deseada o cumplida, realidad hecha visible, y la realidad que nos cerca" al tratar de hacer nacer a "la criatura poética" de una materia tan compleja como es el papel. Siempre esa tensión entre el ser y el ver más allá, entre el doblegarse a lo que nos condiciona y el querer ser más allá. Luchar contra lo real del papel con la fantasía, y una vez lograda la fantasía, como esa Zapatera prodigiosa, luchar aún contra la fantasía hecha realidad visible y no poder nunca entregarse del todo al sueño, tan pesante es la materialidad del ser de papel incluso cuando los sueños lorquianos se llegan a cumplir. Como Luis los ha cumplido.
Cuando Luis me envió sus primeras fotografías, recordé mi propia relación en la infancia con los figurines del poeta andaluz. La edición de Aguilar (1951) contenía algunas láminas ilustradas, que yo me dedicaba a colorear y completar a mi gusto, pensando que Lorca no dibujaba... tan distinto de una niña. Estos días recuperé el grueso volumen, impreso en un papel finísimo, y aquí mi regalo para Luis. Luis: tu gran acierto esos corsés, el talle, la cintura de avispa, tanto baila la cintura en las coplas, esas puntas de los corsés que son casi como el propio mentón de las caras lorquianas. Y para ti mi dibujo, las láminas pintarrajeadas.
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