He hablado en algunas ocasiones de la importancia de la carta japonesa, de sus símbolos y sus maneras. De cómo doblar las más bellas misivas, pero hacía tiempo que tenía abandonado por completo el trabajo sobre la carta-sobre, la carta que se pliega sobre sí misma, mi modelo de carta favorita.
Lo tenía abandonado desde que, la última carta doblada para ser abierta como una rosa, aquella persona tan amada la destruyó. Me había horrorizado tanto observar con qué desprecio, con qué insensibilidad Él la conservaba entre el desorden de sus papeles, habiendo destruido todo el secreto ordenado de sus pliegues, habiendo manchado y arrugado un delicado papel de arroz y mi caligrafía casi transparente de un poema budista, que desde entonces, hace aproximadamente dos años, no he querido volver a doblar una carta así.
Pero esta semana me escribió Elsje desde algún lugar del norte de Europa –Elsje cálida, curiosa y afectuosa– para preguntarme por mi sabiduría (?) de la carta y para invitarme a unirme a su club: Envelope and Letterfold Association (ELFA). Así que aquí os invito a todos a uniros también a la cultura de la carta doblada. Podéis hacerlo a través de Yahoo groups.
Elsje recopila evidencias sobre la historia de la carta y sus pliegues, aporta diagramas y colecciona envíos postales de todo el mundo desde hace ya casi 20 años. Podéis encontrarlos en esta web. Le he prometido que le enviaría alguna carta mía, para su preciosa colección.
Entretanto, guardo algunos secretos. Algún conocimiento sobre las Cartas de Arte más interesantes del siglo XX, más aún sobre la carta enamorada, y el tiempo y la búsqueda necesarios entre algunos tesoros familiares para poder enviarle a Elsje algo realmente glamuroso y especial.
Lo tenía abandonado desde que, la última carta doblada para ser abierta como una rosa, aquella persona tan amada la destruyó. Me había horrorizado tanto observar con qué desprecio, con qué insensibilidad Él la conservaba entre el desorden de sus papeles, habiendo destruido todo el secreto ordenado de sus pliegues, habiendo manchado y arrugado un delicado papel de arroz y mi caligrafía casi transparente de un poema budista, que desde entonces, hace aproximadamente dos años, no he querido volver a doblar una carta así.
Pero esta semana me escribió Elsje desde algún lugar del norte de Europa –Elsje cálida, curiosa y afectuosa– para preguntarme por mi sabiduría (?) de la carta y para invitarme a unirme a su club: Envelope and Letterfold Association (ELFA). Así que aquí os invito a todos a uniros también a la cultura de la carta doblada. Podéis hacerlo a través de Yahoo groups.
Elsje recopila evidencias sobre la historia de la carta y sus pliegues, aporta diagramas y colecciona envíos postales de todo el mundo desde hace ya casi 20 años. Podéis encontrarlos en esta web. Le he prometido que le enviaría alguna carta mía, para su preciosa colección.
Entretanto, guardo algunos secretos. Algún conocimiento sobre las Cartas de Arte más interesantes del siglo XX, más aún sobre la carta enamorada, y el tiempo y la búsqueda necesarios entre algunos tesoros familiares para poder enviarle a Elsje algo realmente glamuroso y especial.
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