En mis peores sueños, me devora tu destrucción. Mi cuerpo se siente despedazado, se hunden todos mis yos, arremolinados entre olas inmensas de negrura. Bocas abiertas, llanto, trozos de cuerpo descabezados, gritos, soy fragmento y soy el otro, algo que se me lleva y arrastra hacia un mar inmenso de negrura. Es la maldad.
Recuerdo que en El Más Allá (Kwaidan, 1964), la película de terror de Masaki Kobayashi, la familia y la corte imperial, mujeres y niños, deciden echarse a las aguas al ver a sus hombres derrotados tras una sangrienta batalla: al verse abandonados al horror de la venganza del enemigo.
Uno a uno desfilan impasibles –emperatrices, princesas, ministros, mujeres con niños-dioses en los brazos– envueltos en las sedas brillantes de sus kimonos de corte, hacia el frente del barco. Saltan conscientes hacia la noche de un mar en niebla, hundiéndose para siempre en las aguas revueltas, manchadas de sangre, llamas, cadáveres. Al principio de la película un hombre contemplaba el mar. Los fantasmas reclamarán después, a través del joven cantor ciego sirviente del templo, su propia venganza.
Me pregunto si son los fantasmas de quienes sufrieron una muerte terrible e indigna lo que los japoneses miran cuando ven el mar. Aquí el papel...
Recuerdo que en El Más Allá (Kwaidan, 1964), la película de terror de Masaki Kobayashi, la familia y la corte imperial, mujeres y niños, deciden echarse a las aguas al ver a sus hombres derrotados tras una sangrienta batalla: al verse abandonados al horror de la venganza del enemigo.
Uno a uno desfilan impasibles –emperatrices, princesas, ministros, mujeres con niños-dioses en los brazos– envueltos en las sedas brillantes de sus kimonos de corte, hacia el frente del barco. Saltan conscientes hacia la noche de un mar en niebla, hundiéndose para siempre en las aguas revueltas, manchadas de sangre, llamas, cadáveres. Al principio de la película un hombre contemplaba el mar. Los fantasmas reclamarán después, a través del joven cantor ciego sirviente del templo, su propia venganza.
Me pregunto si son los fantasmas de quienes sufrieron una muerte terrible e indigna lo que los japoneses miran cuando ven el mar. Aquí el papel...
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