Wednesday, July 25, 2007

We Make Money Not Art : Dollar Bill Origami

We Make Money Not Art es uno de mis blogs favoritos de arte avanzado y tecnología, perfectamente snobish y ultrachic, con pocos equivalentes en España. No sé si su lema se debiera aplicar a la práctica del Origami en todos sus niveles. Llevo pensándolo varias semanas. Mi conflicto es de diván.



© PVS, Ca


Por lo que se refiere a las consultas profesionales que suelo recibir respecto a esta relación fantasmática entre el arte de doblar el papel y el vil metal (en este caso "el vil papel"), creo que por el momento solo puedo dar respuestas algo negativas. Aunque admitiré que la de hoy sea una respuesta provisional.

Vamos al asunto. En la tradición de Occidente se ha desarrollado una técnica papiroflexista llamada dollar bill origami que a mi me resulta del todo insufrible, pero que parece que a los no legos en el arte les resulta muy atractiva. Daos un paseo por la red y veréis que la mayor parte de las webs no expertas en origami suelen utilizar este tipo de imágenes para pasmo de los lectores. Animalitos y figuras doblados con billetes de dólar. A mi se me ocurre que este tipo de doblado solo puede surgir del tiempo muerto en que uno espera a que le traigan la cuenta del restaurante...

A algunos les puede parecer muy gracioso y fino hacer ostentación delante de los amigotes y del pobre camarero de lo bien que se dobla un cerdito horroroso a partir de un billete de 100 $ con el que pagar la cuenta entera. Pero a mi, como persona dedicada a este asunto, me parece una chorrada y una absoluta horterada. Así que cualquier cosa derivada de esa práctica, algo derrochadora, exhibicionista y ostentosa, se aleja de mis gustos origamistas y me parece poco recomendable a todos los efectos. Recuerdo que, cuando vivía en California, muchos restaurantes japoneses solían colgar en la pared las figuritas de dólar dobladas por los clientes.

Existen, por otro lado, razones de peso. Razones estéticas y razones económicas. Lo del dollar bill implica doblar a partir de papel rectangular y con un gramaje que probablemente nos lleve muy lejos de la forma perfecta. Un billete es un papel, con textura y marcas de agua, que permite pocos detalles en el doblado. Todo ello hace que las formas de las figuritas dobladas con billetes de dólar acaben resultando muy simples o burdas en términos de su matemática interna e inteligencia espacial. Suelen apelar al silueteado más que a una geometría interna de la Forma Naciente del papel. Su principal atractivo es que normalmente utilizan los elementos gráficos del papel para acentuar las partes del animal, algo que la técnica japonesa ya conocía, pero puesto aquí al servicio de un tipo de realismo que es de mayor interés para el Ojo Occidental. Todo muy gracioso sí, pero a mi sinceramente sigue sin hacerme ninguna gracia.

Las razones económicas. Si te sale mal, dejas el billete hecho un asquito, cosa que no creo que le haga mucha gracia a los de la Fábricas de Moneda y Timbre. Si algún día se imprimen tarjetas de crédito flexibles o troceadas, a lo mejor entonces la cosa gana en finura y tendremos origamis de plástico tipo el tangram.

Menos conocido en cambio es que, en Japón, y relacionado con las festividades y temporadas anuales de intercambio social de regalos, existen varios tipos de envoltorio tradicional específicamente dedicados al dinero. Elegantes, exquisitos. Los más antiguos vinculados a la historia del teatro. Algo sobre esto podéis leer aquí. Otro día os cuento más.

Dicho todo lo dicho, y como a pesar de todo soy un alma bondadosa y generosa, os dejo aquí un par de links de artistas que se dedican al asunto para que podáis valorar vosotros mismos los méritos de este deporte nacional americano. Pero que conste que me niego a poner en mi blog ninguna imagen, de momento. Y hablémoslo con el shrink, a ver él que dice.





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