Te pedí que escribieras un solo verso que hablara de nosotros: del amor que te tengo, del que tu me das.
Te lo hubiera devuelto, como son los tanzakus. Caligrafiado con tintas transparentes sobre nubes-dragones, envuelto en el papel oro y rojo de las mil generaciones, anudada la carta con los lazos de amor que nos unen, listo para que tu lo pudieras desenvolver y redescubrir nuestro amor, con tus propias manos, a una nueva luz.
Acariciadas tus palabras por mis manos que eternamente te esperan, por los pliegues y el silencio de mis gestos, por las horas de luz que metamorfosean todos los colores. Por todo lo más precioso que nace hacia dentro cuando te quiero feliz aunque no te pueda ver.
Como son los tanzakus.
Hay quien los cuelga de los árboles y los llama pájaros.
Como son tanzakus –como pájaros libres– cuando nace una canción.
1 comment:
Somewhere someone is traveling furiously toward you,
At incredible speed, traveling day and night,
Through blizzards and desert heat, across torrents, through narrow passes.
But will he know where to find you,
Recognize you when he sees you,
Give you the thing he has for you?
Hardly anything grows here,
Yet the granaries are bursting with meal,
The sacks of meal piled to the rafters.
The streams run with sweetness, fattening fish;
Birds darken the sky. Is it enough
That the dish of milk is set out at night,
That we think of him sometimes,
Sometimes and always, with mixed feelings?
John Ashbery
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