La revista de comunicación y publicidad 360 Grados Press ha publicado hace unos días un artículo en el que se habla de la situación del origami en España y citan a Origlam como la vanguardia más innovadora del sector. Es gracioso e incluso sorprendente para mi, considerándome a mi misma una gran "tradicionalista" y no solo una pionera.
Se agradece mucho esa valoración que sin duda es fruto de numerosas colaboraciones con distintos creativos y disciplinas a lo largo de muchos años y del trabajo que venimos realizando últimamente en lugares como Medialab Prado en Madrid (I+Papel).
La innovación a mi parecer es un mix, exige unos ingredientes clave, que no todo el mundo posee o está dispuesto a aportar. Mucho menos en un sector como el del origami, tan presto al amateurismo, el intrusismo profesional y la escasa profesionalización, donde a menudo las tentativas de eureka son juegos de niños o se basan en la mera apropiación "with a twist" de propuestas anteriores.
Este artículo me ha llevado a reflexionar sobre cuáles son los aspectos que definen mejor mi trayectoria en innovación y podrían explicar ese mix particular. Hace un par de años di una sesión teórico-práctica sobre como se innova en el mundo del origami en un centro de nuevas tecnologías de Madrid. Lo hice a partir del caso del gran Kawasaki, como innovador dentro de una tradición tan elaborada como la japonesa.
Lo que ocurre es que ponerse a contarlo en un blog, lo que haces y por qué lo haces, puede ser tachado de vanidad. A menudo solo sirve para que te copien (por supuesto, sin citar) o para que lo dicho sea usado contra ti como arma arrojadiza. Así que de un tiempo a esta parte uno SE CALLA y deja que la Obra hable por si misma. Sabe mal solamente por los que sí estarían interesados en escuchar, que son muchas personas, de muchos ámbitos distintos, no solamente frikiorigamistas.
1 comment:
Hace tiempo que ya no creo en casualidades sino en causalidades. Buscando info y data para la confección de un posible futuro libro de artista, llego a tu blog googleando "envoltorios japoneses para libros de artista". Recorro tu espacio y en este posteo me encuentro con tu reflexión final acerca de compartir o no lo que uno realiza, teniendo en cuenta las copias o las posibles críticas a las que uno se expone al mostrar y compartir una producción propia. Hace tiempo que vengo reflexionando sobre este tema, en realidad lo hago desde el día en que una curadora de arte vio una obra mía expuesta en una muestra y me recomendó no compartirla en la red. En fin... todo un tema! :) Te dejo un saludo y sigo recorriendo tu espacio.
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